OFERTA Y DEMANDA MONETARIA
Entre la oferta y la demanda monetaria, como en relación con cualquier otro bien, se establece una relación que determina el precio de la mercancía transada. Si la oferta supera a la demanda, la mercancía dinero tiende a bajar de precio, es decir que habrá una tendencia hacia la baja de los intereses, e inversamente cuando la demanda supera a la oferta. Por la vía de esta relación los bancos centrales pueden entonces ejercer una influencia importante sobre la tasa de interés, pues de acuerdo al nivel de la masa monetaria existente podrán establecerse diferentes niveles para los mismos.
Oferta Monetaria:
Definimos la oferta monetaria como
la cantidad de efectivo que tenía el público y partimos del supuesto que el
banco central controla la oferta monetaria aumentando o reduciendo el número de
efectivo en circulación por medio de operaciones de mercado abierto, aunque la
aproximación más cercana es que está determinada por la conducta de las
familias (poseen dinero) y los bancos (en los que el dinero está depositado).
La oferta monetaria es
entonces, toda cantidad de dinero (legal y bancario) en manos del público, o
también, como la suma del efectivo en manos del público y los depósitos
bancarios a la vista. La oferta monetaria constituye la parte plenamente
líquida del conjunto de activos financieros en poder del público.
La oferta en el mercado
monetario se alimenta de numerosos proveedores tales como ahorradores privados,
particulares o empresas, que depositan en los bancos cantidades que mantienen
momentáneamente ociosas; particulares o empresas del extranjero que ofrecen sus
recursos atraídos por una mayor remuneración, mayor seguridad o para eludir al
fisco.
Síntesis: El dinero legal en
circulación, es decir, los medios de pago con plena capacidad liberatoria
ofertada por el estado, está formado por la moneda metálica y los billetes.
Demanda Monetaria:
La demanda monetaria la
ejercen los diversos tipos de solicitantes de fondos a corto plazo, así, los
industriales, comerciantes, agricultores, etc.; pueden necesitar mayores
cantidades de efectivo al final de la semana, por ejemplo, para cubrir los
salarios de sus trabajadores.
La demanda de dinero, por uno
u otro motivo, presenta una relación negativa con el tipo de interés, si suben
los tipos, aumenta el coste de oportunidad de tener el dinero líquido y no
tenerlo depositado en un banco donde produce intereses, es por ello que la
gente tratará de mantener en líquido el mínimo necesario.
Si por el contrario bajan los
tipos, este coste de oportunidad se reduce, lo que hará que a la gente no le
importe mantener en efectivo una mayor proporción de sus ahorros. La
distribución de la cantidad de dinero que las personas demandan, depende de
cómo esté desarrollado el sistema financiero y la confianza en éste. Se
considera que cuanto mayor es el nivel de producción y renta, mayor será la
demanda de dinero y, a su vez, el tipo de interés se incrementará.
Síntesis: Demandar dinero significa mantener o retener el dinero en el bolsillo o en los bancos como depósitos.
Esquema del mercado monetario desde la perspectiva del Banco Central
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